Constancia

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sábado, 30 de junio de 2018

5º Trofeo Santiago y Santa Ana de Juveniles - Grado (Asturias)



Y volvimos a correr a Asturias, esta vez a Grado. La última vez que corrí en esa comunidad, no me fue mal (Vuelta a la Montaña Central). 


Y después de la última carrera, no podía hacerlo peor, así que iba a pasármelo bien. Fuimos por la mañana a comer allí, porque si no se hacía muy tarde. Y nos dio el tiempo justo para comer, ya que en cuanto terminamos empezó a llover mucho. Pero cuando digo mucho, estoy diciendo muchísimo. Se inundó la zona en la que estábamos. Encima eran unas gotas enormes, que resonaban mucho dentro del coche. 

Y cuando pensábamos que iban a suspender la carrera, dejó de llover. Así que salimos.

Las carreteras asturianas son, en su mayoría, malas. Son resbaladizas, están descuidadas, tienen muchos baches. Y encima era una carrera con mucha gente, lo que la hacía peligrosa. Empecé mal. Iba atrás haciendo la goma en los pequeños repechos del principio de la carrera. 


Así que si no iba a acabar, pensé, iba a intentar algo. Y me fui a cabeza del grupo y justo se hizo una escapada. No me dio tiempo a meterme, pero se metió un compañero de equipo. Como se hizo un grupo majo, empezaron a saltar más corredores, así que salí con ellos, para intentar que no cogieran la escapada y si la cogían, pues me había metido con ellos. Y efectivamente pasó eso.  Nos cogieron, pero lo volví a intentar, y nada. Y lo volví a intentar, por tercera vez, y se formó un grupito. Y parecía que nos íbamos, pero enseguida se pusieron a tirar y echaron abajo nuestros intentos. Y nos metieron a una carretera muy mala, donde se rompió el grupo y me quedé fuera. Al cabo de un rato,  volvimos a entrar. Seguimos rodando prácticamente todo por llano, hasta que llegamos al puerto. Se hicieron grupos y cortes, y me metí en uno de ellos. Las bajadas estaban muy mal, y hubo muchas caídas. Yo bajaba con cuidado. Veía todas las caídas que se estaban produciendo. Había gente en la carretera, gente en las cunetas, gente en los prados. 


Y no quedaba nada para acabar por lo que arriesgar ahí era tontería. Llegamos a meta en un grupo, donde quedamos en entrar todos juntos, porque habíamos estado colaborando entre casi todos para llegar a meta, a excepción de alguna persona, que nos atacó en meta.


Estaba contento, porque había acabado bien pese a no haberme encontrado bien al principio.   

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