En la misma semana que la carrera
de Durango, toca la Clásica de Primavera de Amorebieta. Como la hacen de todas
las categorías, la llevo corriendo desde cadetes de primero. Como la mayor
parte de la carrera era prácticamente llana (el puerto está en la parte final,
a unos pocos kilómetros de meta), tenía intención de acabarla.
Daban agua para ese día, y llegamos
allí y el cielo estaba también con pinta de que iba a llover. Pero se fue la
nube y todos nos quedamos más tranquilos. No por mojarnos, que también, sino porque
las carreteras allí resbalaban mucho y por ello, había caídas.
Y 5 minutos antes de salir, empezó
a granizar bastante. Y acabamos saliendo todos helados y empapados. La primera
vuelta, al principio se me hizo dura. Me costó entrar en carrera, pero después
de unos km me empecé a encontrar bastante bien.
Me metí en las primeras plazas para el sprint de la primera meta volante,
aunque me daba igual y no esprinté, porque sabía que lo que gastara ahora no lo
iba a poder gastar luego. Así que aguanté en el grupo la siguiente vuelta. Eran
dos vueltas abajo (unos 40 km), que era lo que hacían los cadetes, y luego una
vuelta diferente con el puerto de Montecalvo. Así que comencé la tercera vuelta
motivado y decidido a acabar.
Comencé el ascenso en el pelotón,
aguanté las primeras rampas, y después de una bajada peté. Seguí subiendo y
coroné y empecé el descenso. Era una bajada peligrosa, resbalaba mucho por las
agujas de pino y por el agua, además no lo conocía y sobre todo, iba solo. Si
me llega a pasar algo en ese momento, nadie se entera. Porque me habían pasado
las ambulancias, no me habían retirado (quedaban pocos km para meta) y no había
nadie en el carretera más que los propios corredores, y había bastante
distancia entre unos y otros. Y justo en el kilómetro 60.9, es decir, a falta
de 4 kilómetros, me quitaron de carrera. Y tuve que volver por la autovía, ya
que no había ninguna otra carretera, con el tráfico
abierto y muchos coches, cosa que no me hizo ninguna gracia.
Acabé enfadado, porque me quedé a
nada de poder acabar, pero tampoco podía hacer más, así que solo queda seguir
trabajando y empezar a pensar un poco en el Btt.