Después de una semana parado sin
entrenar a causa de las heridas de la carrera de Izkue, fui a ver la carrera de
Galizano de carretera. Tenía un mono de bici de la leche.
Al día siguiente volví a coger la
bici. Todavía tenía unas pocas molestias de haber estado con el brazo
inmovilizado por la inflamación. Toda la semana rodando para volver a coger el
ritmo poco a poco, porque se acercaban uno de los picos de temporada, los
campeonatos regionales, los tres seguidos, contrarreloj, ruta y btt. Además perdía tres días porque me iba a Madrid
ese fin de semana a presentar un proyecto de robótica en la RoboCup junior.
Al volver, ese mismo lunes fui a
ver el circuito de la crono, porque para otra cosa no, pero para una crono de
siete kilómetros es muy importante conocer e incluso memorizar el circuito. Y
di una vuelta fuerte, para probarme, para ver que tal me veía y sobre todo
porque necesitaba hacer algo después de tres días sin tocar la bici. Hice un
tiempo de 12 minutos y medio. El tiempo record de ese circuito hace dos años
fue 10:30 minutos.
Seguí entrenando esa semana, y así
llegó el domingo.
Nos levantamos prontito para poder
coger sitio, y nos dirigimos a La Serna, al la do de Arenas de Iguña, donde hace dos años también se
celebró el Campeonato de Cantabria de CRI.
Me di otra vuelta al circuito con uno
de los directores, Pacheco, tranquilamente para ver los últimos detalles del
circuito y mover un poco las piernas.
Como cada corredor tiene una hora
prefijada por inscripción cada uno teníamos horarios diferentes, como el masaje,
el rodillo, etc…
Yo estaba muy, muy animado. Me
habían dejado unas ruedas para correr y corría con el casco de Oscar Negrete (como siempre, jejeje),
un casco que me parece precioso.
Fui a la salida. Me verificaron el desarrollo y subí a la rampa.
Volvía a tener a mi padre al otro lado del pinganillo y como no, a AC/DC a tope
por los altavoces.
El árbitro me avisó, treinta
segundos, quince, diez… y pitó.
Salí a tope. Cogí un buen ritmo
rápidamente y llegué a la subida del puente. Iba bien. Entonces encaré la recta
de la gasolinera en dirección a una rotonda donde giraría en redondo y volvería
por la misma carretera. Me daba el viento a favor, pero sabía que no me tenía
que cebar porque entonces lo pagaría al volver que me daba en contra. Pero al
volver no iba bien. No podía doblarme y el aire me estaba matando. Conseguí
aguantar un poco el ritmo para no perder mucho tampoco. Mi padre me animaba
desde la radio y me ponía las canciones del grupo australiano. Llegué a la última
subida y me levanté para pasarla rápido. Luego entré en la última curva cerrada
y empezó los últimos tramos de llegada. Era el momento de terminar de
exprimirse. Sabía que había perdido mucho tiempo en la recta entre la gasolinera
y la subida pero tenía que bajar todo lo que pudiera ahora. Y entré en meta a
todo lo que daba.
Luego vino lo que no cuadraba. Hice
el puesto 29, con un tiempo de 12:46. Sé que fui mal y perdí tiempo y que hacia
viento, pero incluso con eso fui bastante más rápido que entrenando una semana
antes, después de haber estado un fin de semana fuera sin dormir apenas.
Pero tampoco se puede hacer nada a
eso, así que tocaba seguir entrenando para ir mejor al campeonato de ruta.