Este año ha sido un año atípico para mí, los estudios me llevan mucho tiempo y poder entrenar es misión imposible, la bici lleva mucho tiempo y no lo tengo, así que después de terminar la temporada de ciclocross me decidí a correr un poco a pie.
Gracias a Raul Fuica y al Club Atlético Laredo me he podido ir haciendo una idea de lo que es correr en esta modalidad que siempre me ha llamado la atención, y que como me imaginaba es bastante dura.
Aprender a calentar, a correr con espais, a mantener el equilibrio, a calcular las distancias y el ritmo para poder acabar, ha sido una experiencia dura pero bonita, que seguro que voy a repetir.
Comencé en el Cross de Punta de Parayas, carrera dura por el barro, mi primera toma de contacto bastante positiva, aunque crei que no terminaba.
Después nos fuimos hasta Borleña, donde las rectas se me hacían interminables pero iba cogiendo ritmo y bajando tiempos respecto a las otras pruebas y eso me animó bastante.
Mi última prueba era en casa, el Cross de Colindres, tenía muchas ganas de correr aquí porque es mi pueblo, y venía muy motivado de mi anterior carrera, pero es día fue agónico, lo pasé muy mal desde el principio, no iba, sufrí bastante.
Mi conclusión final, pues como en todos los deportes, hay que entrenar el físico y la técnica que es muy importante, pero termino con un buen sabor de boca, a pesar de sufrir como en el ciclocross, disfruto, y es lo que me vale. Ahora ya estoy pensando en hacer algún trail, otra experiencia que quiero probar.