Constancia

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domingo, 27 de mayo de 2018

Campeonato de Cantabria CRI 2018 - Los Corrales



Llegó la época de los Regionales, tres semanas seguidas con los tres campeonatos (Crono, ruta y btt). El primero era el de contrarreloj en Los Corrales de Buelna y allí nos dirigíamos.






Estaba muy ilusionado aunque llevaba poco entrenamiento porque el tiempo me lo llevaban los estudios. Me habían dejado una rueda lenticular y una rueda delantera para correr, el recorrido (Ir desde Corrales hasta Arenas de Iguña y vuelta por la misma carretera) me gustaba y me encontraba bien.



Para mí, la crono es una de las disciplinas más duras porque eres tu solo contra ti mismo, sin nada que te ayude. Además la aerodinámica es súper importante y a mí me cuesta doblarme bastante para coger la postura ideal.



Yo no me suelo poner nervioso antes de correr, a menos que sea una crono. Estoy bastante nervioso, no me puedo parar quieto. Y ese día no era una excepción.



Me preparé todo y me puse a calentar controlando el tiempo para no llegar tarde a mi hora de salida. Y preparado y mentalizado me dirigí a la salida, donde tenía que verificar el desarrollo antes de subir a la rampa de salida.



El árbitro hizo la cuenta atrás y salí con todas mis fuerzas. Y en cuanto mi rueda de delante tocó la carretera, se me salió la cadena. 

Intenté meterla montado, pero no entraba. Intenté meterla desmontado y no entraba, tuvo que venir mi coche de apoyo para poder meterla y salir, mientras perdía un tiempo precioso. Para cuando quise salir del pueblo ya había perdido mucho tiempo, ritmo y tenía al corredor que salía después de mi, Alberto García (Disgarsa) pegado a mí. Me pasó y me quedé atrás. Luego ya conseguí coger ritmo, empezar a rodar en condiciones y mantener la distancia con él pese a que él  iba con “cabra”. Se me fue en la última subida, pagué el esfuerzo de intentar recuperar el tiempo perdido. 

Al final llegué a meta con no un mal tiempo, aunque convencido de que podría haber bajado mucho mi tiempo. Me queda una espina clavada para el año que viene.



martes, 15 de mayo de 2018

XXXV Gran Premio San Isidro - Hoznayo 2018



Y la siguiente carrera que tocaba después de la prueba de San Vicente era en Hoznayo, un día entre semana como motivo de una fiesta local. 




No me gustan las carreras que no son en fin de semana, sobre todo cuando estoy en época de clases y más en época de exámenes.




Era un circuito muy corto, muy rompe piernas. Íbamos a salir muy rápido, e iba a haber guerra desde el principio. Llegamos allí, y en cuanto pudimos nos fuimos a calentar, y después de firmar, a la salida.



Salimos dirección Entrambasaguas, y desde el mismo pitido del arbitró que anunciaba la salida oficial, empezaron los ataques. Pasamos Entrambasaguas y nos metimos a un repecho para volver a Hoznayo. Se iba rodando rápido y con constantes hachazos, buscado la escapada. 


Llegamos a la subida de El Bosque para meternos a la derecha en el alto, dando a una zona muy dura. Iba aguantando a duras penas, hasta que llegamos al alto y comenzamos el descenso, donde me volví a meter en el grupo. Aproveché los momentos de calma antes de volver al alto de El Bosque pero por el otro lado, para comer y coger aire.  Me solté un poco subiendo, pero nada importante porque volví a conectar poco más tarde. 



Di otra vuelta más con la misma dinámica que la primera, pero ya en la tercera vuelta me descolgué de forma bastante más significativa, en la primera subida al alto, aunque mantuvimos e incluso recortamos un poco en la segunda subida. Pero aun así nos sacaron de carrera porque estábamos corriendo con el trafico abierto (no había nadie en los cruces) y “podía ser peligroso”.



Y así volví a casa a estudiar, decepcionado por no haber podido acabar otra carrera.



sábado, 12 de mayo de 2018

Trofeo Federación Ayto de San Vicente de la Barquera 2018



Después de la Vuelta a Asturias, iba con el ánimo alto, a correr en San Vicente, carrera organizada por mi equipo, con el mismo recorrido que en la carrera de cadetes pero sin el mini circuito final que hacían ellos.





Llegamos allí y después de prepararnos, calentar, firmar, nos fuimos  a la salida. Hacía mucho frio, mucho viento, y estaba a punto de llover. 



Salimos neutralizados, hasta que llegamos al final del pueblo, que entonces dieron la salida oficial. Nos metimos por un callejo dirección Abanillas. Y el problema de ir por ahí es que vas subiendo todo el rato.



Además iban tirando fuerte y yo dejé de encontrarme tan bien como me veía antes de salir. Me quedé en la primera rampa, para iniciar una carrera en solitario, logrando conectar con el grupo justo antes de la última subida de la última vuelta. Justo después de ese esfuerzo, no pude aguantar los arreones que estaban dando en cabeza y me volví a soltar, pasando en un grupito por San Vicente. Y volvimos a entrar a la zona de repechos, y donde se acabó mi participación en la prueba cuando me retiraron.




Parecía que iba seguir mejorando como en las anteriores carreras, pero nada más lejos de la realidad. No me encontré para nada bien. 






viernes, 4 de mayo de 2018

Montaña Central Asturiana 2018



Continuábamos con la temporada, esta vez con otra challenge, en Asturias, la Challenge Montaña Central. Fuimos el viernes por la mañana, para comer en el hotel, ya que la primera etapa era por la tarde. La presentación se hacía antes de la carrera en el parque situado al lado de donde tomaría la salida la prueba.



Éramos casi 200 corredores y la gente estaba muy nerviosa, y combinado con el estado de las carreteras asturianas, pues era una mezcla explosiva. Por ello había caídas de salida. La primera caída importante fue a 5 km de salir, donde caímos más de 30 ciclistas.





Aunque me levanté rápido, el pelotón se fue y me quedé en tierra de nadie. No podía engancharme a la gente que iba haciendo tras coche porque me pasaban muy rápido, así que seguía yendo solo. Al cabo de un rato pude enganchar con un coche y después con un par de ciclistas, para finalmente enganchar con el pelotón 30 km después.



Aguanté en el grupo hasta los puertos, pero las ramponas del primero y el ritmo de los corredores,  me dejaron fuera del pelotón a mi suerte. Llegué arriba con un grupo y me fui yo solo bajando, conectando con otro que iba por delante, hasta que llegamos al segundo puerto, donde ya cada uno iba como podía.  Llegué a meta solo, y reventado.



El siguiente día era doble sector, CRE (contrarreloj por equipos) por la mañana y etapa de línea por la tarde. La crono era en Oviedo, un recorrido de 8 kilómetros,  con un plano engañoso. Como yo era el corredor más débil del equipo, di el primer relevo a tope para lanzar a mis compañeros y luego me quedé en un repecho.



Por la tarde, la etapa salía de al lado de nuestro hotel, y era toda la primera parte de la etapa en bajada, para entrar en un circuito en Figaredo, donde daríamos unas cuantas vueltas para acabar subiendo el alto de Carabanzo. Estuve escondido en el pelotón esquivando caídas durante toda la etapa, intentando aguantar la velocidad constante a la que íbamos (en ningún momento bajábamos de 40 km/h). Llegué a la subida y me quedé cortado con una caída en el comienzo. Luego cogí mi ritmo hasta meta.
 

En la última etapa, el cansancio acumulado de las anteriores estaba muy presente. Entre eso y la tensión de la salida, que había caídas cada 30 segundos, pues no ayudaba. Fui con el gancho toda la etapa, y ya cuando el pelotón se puso a fila de a uno, que íbamos a todo lo que dábamos. Y ahí ya no podía más y exploté. Y ahí me descolgué. Y el pelotón me empezó  a meter distancia hasta que me retiraron de carrera.



Me dio rabia porque no quedaba mucho de etapa y quería acabar la carrera.