Constancia

Constancia

sábado, 29 de julio de 2017

XXV GRAN PREMIO DE LA SARDINA - Candás (Asturias)


Como habían suspendido la carrera de Mazcuerras, aparecimos yendo dirección Candás, un pueblo asturiano costero, donde se celebraba el premio de “La Sardina” dentro del Open Astur Cántabro Gallego.


Como en la anterior carrera asturiana, fuimos a comer por la mañana, esta vez mejor que la anterior. Y luego fuimos a ver si encontrábamos la salida que tras varias vueltas conseguimos aparecer en el muelle donde se celebraba la carrera. Fuimos a ponernos detrás del Club Náutico, a la sombra porque hacia verdadero calor.


Estuvimos un rato hablando tranquilamente con algunos corredores del Luyma que habían ido a comer también allí. Luego nos preparamos y nos volvimos a sentar, hacia demasiado calor como para ponernos a calentar tan pronto.


Después ya de haber calentado fuimos a la salida a dar unas vueltucas. Dieron la salida neutralizada y ya íbamos rápido, no me iban bien las piernas. En cuanto el árbitro pitó la carrera se aceleró. Era una larga carretera que picaba para arriba aunque no se notaba mucho pero quemaba en las piernas. Yo iba en el grupo, solo iba. Hasta que llegó la subida larga me solté por el ritmo que llevábamos y volví a enganchar arriba. Después había un tramo largo de bajada, aproveché para coger aire, comer y beber, y para intentar pasar para delante. Y llegamos a una curva de 180 grados, donde entrabamos a otra carretera. 



No nos lo esperábamos ninguno y casi nos vamos varios al suelo, ya que la curva era muy mala, tenía una pequeña caída y un coche parado nada más salir de ella. Y empezaba la subida, la más larga donde me quedé cortado porque no iba bien. Empezamos la bajada y fui cogiendo gente hasta que formamos un grupito, y empezamos a trabajar todos juntos a relevos. Nos acercábamos a un grupito de unas 15 unidades que iba delante y de repente hubo una caída en la que tres coches se pusieron a lo ancho de la carretera y no podíamos pasar. Tuvimos que pasar con cuidado por el arcén y volver a colocarnos para enganchar. Y al final enganchamos y comenzamos a hacer relevos todos. 


Pero llegó un momento que estábamos cerca de meta, antes de empezar a subir, que como sabíamos que no íbamos a enganchar al pelotón o lo que quedara, nos relajamos. Empezamos a ir tranquilos y hablando porque la subida iba a llegar en cualquier momento. Y la subida llegó. Y al principio íbamos todos en grupo, pero después de decir las últimas bromas, empezó a subir cada uno a su ritmo. Y entramos en la rampa de meta, que aunque era empinada, no era como la subida de Santa Ana de la anterior carrera, y puse un ritmo cómodo, pero rápido y entre a meta.


Después del calor que hacía, acabamos bañándonos en el puerto.


Y volvimos a Cantabria.

miércoles, 26 de julio de 2017

Gran Premio Santa Ana de Cadetes 2017 - Puente Arce


Para acabar con la racha de días sin carrera (después de casi dos semanas) nos esperaba la carrera de Puente Arce. Es una carrera de la que tengo buenos recuerdos del año pasado. El circuito me gustaba bastante y me lo pasé muy bien. Era un recorrido duro… hasta el día de la carrera.


Llegamos al lugar de la salida, y nos enteramos que habían cambiado el circuito, que pasaba a ser cuatro vueltas por la parte de abajo del circuito del año pasado y acababa en la mítica ermita de Santa Ana.


Allí nos preparamos, firmamos y a calentar, la rutina antes de cada carrera. Y después de las instrucciones fuimos a la salida. Era neutralizada hasta que entrabamos en el circuito. Y desde el principio, me puse cerca de la cabeza del pelotón. Era el mejor sitio, porque podías tener controlada toda la carrera. Yo dividía el circuito en tres partes, la primera era una carretera ancha, podías relajarte que los ataques y todo lo demás lo aguantabas bien, la siguiente empezaba al pasar por debajo de un puente estrecho, y era una carretera estrecha y sinuosa, donde había que estar muy atento y la tercera era a partir del único repecho que había en el recorrido, donde pegaban un palo en todas las vueltas y rompían el grupo ya acababa en la carretera ancha otra vez.



Así que me dedicaba a ir atento, saltar a ataques y no quedarme atrás. En todas las vueltas que atacaron en el repecho me fui con los gallos de la carrera. Aguantaba la rueda para no quedarme atrás y comer viento. Tuve un par de enganchones en los que casi me voy al suelo pero se resolvió rápidamente. En muchos sitios íbamos rodando tranquilamente a 50 km/h. Pasaron las vueltas sin incidentes. No me había quedado ni una vez y me encontraba bien. Sabía que la llegada no me venía nada bien, así que intenté llegar lo más adelantado posible a la subida porque sabía que tenía empezar suave porque si no se me iba a hacer eterno. Así que según empezó la rampa de hormigón quité el plato y empecé a subir a mi ritmo. Me pasó mucha gente y entonces llegué a la curvona donde empezaba la subida de verdad, la más dura. Me agarré bien del manillar, bajé piñones y empecé a pegar cabezazos.




Aceleré bastante y pasé a muchos de los que antes me habían atacado. Y entré en meta retorciéndome sobre la bici en la 33ª posición detrás de mis compañeros Alberto y Julio.




Muy, muy contento por cómo me habían respondido las piernas, muy motivado para la Vuelta al Besaya.


domingo, 16 de julio de 2017

10ª Prueba del Open de Euskadi de Btt 2017 - Aramaio


Después de la carrera de Mareo en Asturias, tenía cita en Aramaio (Álava) de Btt en el Open Vasco. Así que tocaba levantarse pronto para llegar allí bien de tiempo y poder ver el circuito y calentar tranquilamente.

Así que llegamos allí, nos preparamos y fuimos a dar una vuelta. El circuito era muy bonito pero había algo muy importante que no me gustaba. La subida. No estoy en contra de que haya subidas si no de que haya dos kilómetros de estrecha y empinada subida para luego llegar a la bajada que era preciosa y muy trabajada y llegar a meta. Así al final no saboreas el circuito porque sufres un montón subiendo y llega la bajada y al final te quedas frio. En mi humilde opinión creo que deberían cortar un poco la subida para aprovechar más la bajada. Y el circuito terminaba con un tramo de circuito urbano con escaleras bastante guapo para entrar en meta.

Hacía bastante calor así que nos pusimos a calentar bajo el toldo de Tarimas Gaby. Y así, sudando nos fuimos a la salida. Como he bajado mucho en el ranking (he faltado a tres carreras) ya no me llamaban por lo que salía muy atrás.


Pitaron para dar nuestra salida, y tenía demasiada gente delante. Llegamos a la primera rampa, una subida de hormigón bastante rompedora. Y de ahí cogíamos una pista que acababa en un senderucu que dejaba solo sitio para una bici. Y como la subida era lo que era, tampoco nadie hacia mucho por adelantar. Así que llegué al alto bastante mal colocado y tocaba remontar. Bajaba rápido pero con cuidado y en cuanto llegaba a un sitio que lo permitiera, abría gas. Iba pasando corredores de todas las categorías en cuanto podía porque seguía siendo bastante estrecha la cosa. Llegué a meta para completar la primera vuelta de dos. Aunque estaba un poco cansado, había recuperado mucho bajando y subiendo ataca a la gente en cuanto el terreno lo permitía (había un par de descansillos en la subida) y me ponía a tirar para descolgar a los que me seguían. Seguía cogiendo a muchos corredores y me encontraba muy bien. Tuve un par de libradas bajando, por ejemplo, entré en una curva bastante empinada solo con la rueda de delante y con los brazos preparados por si había que saltar a abrazar un árbol. Me cogió Ismael Esteban que iba liderando la prueba imponiendo un nivel altísimo. Después de eso entré en meta en la 10ª posición.



Me lo pasé bastante bien y anduve bastante bien pese haber salido atrás. A seguir mejorando.

sábado, 15 de julio de 2017

XLVII Memorial Juan Manuel Fernandez - Mareo (Asturias)


Después de la carrera de Igollo, la siguiente cita se encontraba en Mareo (Gijón).  Como estaba lejos, fuimos por la mañana, comimos allí (donde se encuentra la residencia del Sporting). 

Después de descansar un rato, fuimos a dar una vuelta en coche al circuito donde íbamos a correr. Era un circuito de aproximadamente unos 10 km donde había que estar delante, y muy atento. Era estrecho, muy rompe piernas (había muchos repechos cortos pero intensos, largas bajadas…), y sobre todo, muy ratonero (había muchas, muchas curvas).
Fuimos a la zona de salida, nos preparamos, firmamos y luego a calentar fuimos. Y después a la salida. No nos encontrábamos bien del todo ninguno del equipo, nos dolía la tripa, algo no nos había sentado bien.


No era neutralizada por lo que nada más salir, hubo ataque y escapada de unos seis o siete corredores. A partir de ahí, el MMR y algún corredor más empezó a controlar la carrera. Estaban en primera fila todo el rato, ellos ponían el ritmo, no dejaban a nadie atacar y siempre tensaban en los repechos, sobre todo en el más fuerte. Así que yo iba detrás de ellos. Acabamos la primera vuelta y la cosa se mantenía. La gente atacaba pero no dejaban que nadie se fuera. Y yo aguantaba en el grupo pese que no estaba al 100%. Y la cosa se fastidio en la tercera vuelta. Yo aguantaba más o menos bien los acelerones en los repechos, pero en esa vuelta hubo un ataque en la subida más fuerte del circuito y ahí se partió el grupo y yo me quedé. Pero de los restos del pelotón, poco a poco nos íbamos juntando más corredores en el grupo perseguidor, donde íbamos dando relevos para ver si éramos capaces de coger al pelotón. De cuando en cuando había algún ataque, a los cuales los corredores respondían con gritos y era normal. Íbamos trabajando todos juntos y tenía que venir alguien para romper el grupo.



Al final llegamos el grupo al sprint, a 50 km/h en la recta de meta que tiraba para arriba.



Aunque no era mi mejor día, había aguantado bien, así que a seguir trabajando para el siguiente objetivo.

Fotos: Alberto Carrera Cagigas

XLVII MEMORIAL JUAN MANUEL FERNANDEZ - Mareo (Asturias)


Después de la carrera de Igollo, la siguiente cita se encontraba en Mareo (Gijón).  Como estaba lejos, fuimos por la mañana, comimos allí (donde se encuentra la residencia del Sporting). 


Después de descansar un rato, fuimos a dar una vuelta en coche al circuito donde íbamos a correr. Era un circuito de aproximadamente unos 10 km donde había que estar delante, y muy atento. Era estrecho, muy rompe piernas (había muchos repechos cortos pero intensos, largas bajadas…), y sobre todo, muy ratonero (había muchas, muchas curvas).

Fuimos a la zona de salida, nos preparamos, firmamos y luego a calentar fuimos. Y después a la salida. No nos encontrábamos bien del todo ninguno del equipo, nos dolía la tripa, algo no nos había sentado bien.

No era neutralizada por lo que nada más salir, hubo ataque y escapada de unos seis o siete corredores. A partir de ahí, el MMR y algún corredor más empezó a controlar la carrera. Estaban en primera fila todo el rato, ellos ponían el ritmo, no dejaban a nadie atacar y siempre tensaban en los repechos, sobre todo en el más fuerte. Así que yo iba detrás de ellos. Acabamos la primera vuelta y la cosa se mantenía. La gente atacaba pero no dejaban que nadie se fuera. Y yo aguantaba en el grupo pese que no estaba al 100%. 


Y la cosa se fastidio en la tercera vuelta. Yo aguantaba más o menos bien los acelerones en los repechos, pero en esa vuelta hubo un ataque en la subida más fuerte del circuito y ahí se partió el grupo y yo me quedé. Pero de los restos del pelotón, poco a poco nos íbamos juntando más corredores en el grupo perseguidor, donde íbamos dando relevos para ver si éramos capaces de coger al pelotón. De cuando en cuando había algún ataque, a los cuales los corredores respondían con gritos y era normal. Íbamos trabajando todos juntos y tenía que venir alguien para romper el grupo.



Al final llegamos el grupo al sprint, a 50 km/h en la recta de meta que tiraba para arriba.


Aunque no era mi mejor día, había aguantado bien, así que a seguir trabajando para el siguiente objetivo.

martes, 11 de julio de 2017

Premio San Benito de cadetes de Igollo 2017


Dos días después de llegar de Ávila, todavía cansados del viaje y la experiencia, fuimos a correr a Igollo, el mismo lugar donde corrimos el Campeonato regional, aunque esta vez el circuito no era tan rompe piernas como el aquel.


Llegamos y hacia bastante calor, así que nos sentamos tranquilamente. Luego fuimos a firmar y después de recibir instrucciones, a calentar.



La carrera empezó, y me puse cerca de la cabeza. Dimos una vuelta sin muchos incidentes, claramente hubo ataques pero nada fuera de lo normal. Llegamos a meta, el pelotón se había cortado un poco porque la carretera que había justo antes de la zona de llegada, era estrecha en subida y luego bajada, y ahí íbamos en fila. Por ello me quedé un poco rezagado. En cuanto llegué otra vez, me coloqué en segunda fila detrás de Julio, porque llegábamos a una zona bastante conflictiva.



Hicieron un amago de ataque para salir en una foto, y en cuanto la cosa pareció que se iba a calmar, Julio metió un arreón. Yo no tenía pensado salir pero en cuanto vi acelerar a mi compañero salí detrás. Nos marchamos tres corredores, Julio y yo, los cuales íbamos dando relevos y otro corredor del Efrain que se quedó detrás nuestro sin moverse para nada.


Aguantamos varios kilómetros escapados pero ya llegó un momento que varios corredores estaban saltando a por nosotros y nos acabaron pillando. Me cogí un sitio en el pelotón cerca de la cabeza y ahí me quedé hasta que nos acercábamos al final de la vuelta, y después de varios ataques volví a saltar, pero me cogieron rápido. Y peté, en la cuesta que había previa a meta, me quedé descolgado y estuve un rato descolgado yo solo, saltando de coche en coche a ver si entraba otra vez. Y  entré, y ahí aguanté hasta que llegamos al Churi. Subí con un grupo, y cuando íbamos bajando cada vez se hacía más grande. Íbamos a relevos hasta que nos acercamos a la llegada, donde alguien empezó el sprint y yo, salté a por todas soltándoles en el sprint.




Muy contento por cómo están yendo las cosas, a seguir así para la Vuelta al Besaya. 



sábado, 8 de julio de 2017

Campeonato de España Btt 2017 Cadete - Avila


Y llegó la hora. Nos levantamos pronto. Desayunamos, nos preparamos, cogimos las maletas y nos fuimos. Un rato después aparecimos en Torrelavega, en el velódromo Oscar Freire, donde esperaba el autobús del Racing de Santander. Con él, el conductor que nos llevó el pasado verano a Mérida, al Campeonato de España Escolar de Carretera y Btt, y que este año nos llevaría a Ávila (Castilla y León). Así pues cuando toda la selección estaba preparada, las bicis y demás equipaje cargado y nos hicimos la foto de rigor, montamos en el bus e iniciamos el viaje.



Tardamos unas horas en llegar a nuestro hotel, El Espinar, que se encontraba en un pueblo del mismo nombre a 40 km de Ávila. No hacía calor como nosotros pensábamos, aunque tampoco hacia frio… todavía.




Comimos allí, bastante bien. Luego fuimos a las habitaciones a descansar un poco antes de ir a ver el circuito. Pero empezó a llover bastante. Aún así cuando pareció despejar un poco fuimos a ver el circuito. Llegamos a Ávila y estaba prácticamente inundado. Por las calles bajaban ríos de todo lo que caía. Y llegamos al circuito y no estaba marcado. Solo vimos algún que otro sendero y conejos, muchos conejos. Total, que no vimos nada. Decepcionados y empapados volvimos al hotel. Dejamos las bicis, ducha rápida y a cenar.




Al día siguiente nos levantamos prontito para a ver si habían puesto algo del circuito porque estaban poniendo estacas el día anterior cuando nos marchábamos. Estábamos asustados por la granizada que había caído a las tantas de la mañana, con granizos del tamaño de pelotas de golf.


Fuimos hacia Ávila, llovía bastante, y cada metro que nos acercábamos a la ciudad se iba volviendo más oscuro y cada vez llovía más. Hasta que dejó de llover, pero solo para granizar muy fuerte. Como bajamos a Ávila buscando calor no teníamos ropa de invierno, así que tuvimos que ir al decathlón a comprar chubasqueros. Y tal como esperábamos, el circuito seguía sin estar marcado. Así que seguimos buscando senderucus, pero sin saber cómo era. 



Volvimos al hotel y después nos comunicaron que habían suspendido las pruebas de ese viernes porque estaba todo inundado, llovía mucho y hacia muy mal tiempo.




Por la tarde insistimos, fuimos a dar otra vuelta, andando para ver como avanzaban en el marcaje del circuito. Aun así seguía sin estar marcado entero aunque ya se podía ver algo. El circuito era bonito, muy rápido y poco sitios técnicos como puedes encontrar en otras carreras como las del open vasco o de la Copa de España. Pero era muy estrecho. No puedes organizar un circuito para un campeonato así siendo tan estrecho debido a que tienes que dejar sitio para pasar bien.




Por que jugarse un Nacional solo por la salida no es justo, uno puede tener posibilidades pero no poder adelantar y no poder optar a nada. Prácticamente era por pista, aunque tenía varios sitios de senderos, un poco de barro que había aparecido por las lluvias. Tenía subidas duras que vuelta tras vuelta (dábamos 5) te desgastaban mucho. Las bajadas eran bastante divertidas. Aunque estaba mojado y las piedras resbalaban muchísimo, no me importaba mucho porque aunque todavía quedaba granizo en el suelo de por la mañana, ya salía el sol y parecía que la tormenta se alejaba. Y era así, que calor pudo hacer el resto del fin de semana.



Al día siguiente nos tocaba. Por fin volvieron a cambiar la hora de nuestra carrera. No queríamos que fuera a la una como el año pasado, a 48ºC y un golpe de calor por metro cuadrado. Lo cambiaron a las cinco y nos quejamos. ¿Por qué no podía ser como antes? Por la mañana prontito, como se hacía antes. Y nos escucharon.


Llegamos allí, dimos una vuelta completa al circuito (por fin). Me encontraba bien, nervioso pero bien. Vimos la carrera de las chicas, animando a Elena y nos pusimos a calentar. 


Luego fuimos a la salida. Yo sabía que mi carrera estaba perdida ya desde antes de salir. Me explico, éramos 69 corredores. Mi lugar en la salida era el 67. Además el circuito no ayudaba como había dicho antes.
La salida se hacía en una pista, y al poco de salir curva cerrada con una subidita, hacia unas piedras que se estrechaba muy rápido. Me puse por fuera para evitar lo trabones que iba a ver por dentro, al cerrarse unos a otros. 




Para colmo, nada más pitar el árbitro y salir a muerte, hubo un incidente o caída o no sé qué paso en realidad, pero aun así tuve que frenar para no llevármelo por delante. Y así llegué el último a la primera curva. Estaban todos trabados ya, así que salté en marcha y empecé a correr y a pegar brincos entre corredores. Aun así, no entrabamos todos y muchas veces tenías que esperar parado. Cuando podía pasaba a quien podía. Iba bien. Me encontraba muy bien de piernas, a la vista está que iba cogiendo gente poco a poco y les pasaba y les dejaba. Cogí a Álvaro Cobo, que venía con la selección de Cantabria y empezó nuestra carrera juntos. Los corredores de delante se habían distanciado mucho por lo que tuvimos que poner un ritmo muy fuerte para poder cogerlos. Íbamos recortando mucho a los de delante, les cogíamos, y les dejábamos. Álvaro tiraba en las bajadas porque al ser más técnico que yo, bajaba más rápido y a mí me ayudaba, el llano le compartíamos y la subida tiraba yo, que me encontraba verdaderamente bien. Cogíamos a los corredores de uno en uno, de dos en dos a lo sumo pero íbamos muy distanciados.  


Al acabar una bajada, Álvaro se cayó. Pegó un buen tortazo, y yo detrás casi le atropello, pero conseguimos salir rápido. Si hubiera tirado me hubiera ido, pero no iba a dejar a Álvaro ahí, así que espere un poco y rápidamente volvimos a coger ritmo. Estuvieron a punto de doblarnos, habíamos perdido mucho tiempo (baje un minuto para la siguiente vuelta) pero llegamos bien a meta. Entramos de la mano, en las posiciones 53º y 54º. 


Muy contento con mis sensaciones, iba muy muy bien, comparado con cómo me había encontrado hacia unas pocas semanas. 




Por la tarde fuimos a ver a nuestros compañeros las pruebas de crono y de las de línea de los infantiles. Ahí Cantabria se alzó con la victoria de Iván Bonilla.




Al día siguiente tocaba ir a ver las pruebas de línea de los cadetes, y después nos despedimos de Ávila y volvimos a casa.



Buenos momentos que pasamos en Avila

Otra gran experiencia.