Constancia

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domingo, 3 de julio de 2011

UN DIA DE ENSUEÑO


Ayer fue un día especial, la Escuela de Karate Colindres cumplió veinticinco años y se celebró el Campeonato Regional de Escuelas 2011 de carretera, ya veis un día ajetreado.
Bueno me levante, desayune… Lo de todos los días, pero al vestirme nos dirigimos al gimnasio en coche y muy cargados. Esperamos un poco y nos fuimos al puerto para coger un barco para dar un paseo por la ría del Asón y las marismas de Santoña.


Al llegar jugamos un poco más mientras llegaba la comida y nos fuimos al parque del Riego para comer paella, que estaba bastante buena (hasta repetí) luego las quesadas, pasteles, yogures y demás. Mi padre me llamo para irnos al polígono industrial de Trascueto en Maliaño donde era la carrera. Llegue, saque la bici y vi el circuito. Ni a mí ni a mi padre nos parecía un circuito de carreras, porque la carretera estaba muy desgastada y se hacían peligrosas las curvas y encima había grasa de los camiones en algunos sitios, es que hubo alguna caída hasta en una recta y calentando por detrás.
Empezaron los principiantes de primer año, luego los de segundo, quedando 1º  uno de mi equipo, Javier Tomé.


Luego llegaba mi categoría, me llamaron el primero pero un hombre no me dejaba pasar, salí bien, pero los de carretera siempre se cruzan, me fueron llevando para el lado derecho y tuve que frenar, en MTB se sale al sprint para delante.


Me puse en el pelotón de los primeros y fui a escaparme con otro pero no nos dejaban. Tire un poco del pelotón y como soy novato me dejaron tirar, tengo que espabilar. Estaba un poco fundidillo ya en la tercera vuelta así que me fui quedando y una chica se me cruzo y tuve que parar en seco perdiendo algunas posiciones. Y el resto de la carrera fue sprintar y además justo en la meta adelante a dos chicas y a un chico. Y así llegue el 12º.


Al acabar me fui otra vez para Colindres para llegar a la piscina donde estaban mis compañeros del gimnasio y jugando una amiga le estaba disparando con una pistola de agua a mi padre y cuando se descuidó para volver a cargar la pistola mi padre la tiró a la piscina.
Después nos llamaron para la merienda que eran perritos calientes.

A continuación nos dejaron subir al tatami del gimnasio para jugar, cuando ya nos íbamos nos despedimos de unos amigos de Móstoles que habían venido a pasar el día con nosotros.         

Aunque tuvimos que irnos pronto y no dio tiempo a hacer muchas fotos de la carrera, alguna hay aquí

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