Después de un parón de unas semanas
por enfermedad, volvía a las campas, esta vez en Puente Viesgo, en el barrio de
Corrobarceno donde se celebraba el Gran Premio Santa Bárbara.
Llegamos pronto, y hacia un frio
considerable. Total que di una vuelta forrado entero y no di más porque no
notaba las manos. El circuito no había cambiado mucho, se mantenía la esencia.
A diferencia del año anterior estaba más resbaladizo y blando por el barro.
Seguía siendo un circuito muy duro,
por las rampas, por las largas rectas llenas de baches (que llegaban a hacerse
pesadas)… La parte superior seguía siendo muy dura y este año estaba más
complicada que de costumbre (y se cobró sus víctimas).
Estuvimos calentando en la carpa,
resguardados del frio en la medida de lo posible. Una vez que acabamos dimos
unas vueltecitas por la zona para esperar a que acabara la carrera de la
categoría anterior.
Nos colocaron en la salida, no
tenía muchos puntos así que me tocaba atrás. No salí muy bien. Llegué bastante
atrás a la campa, aunque remonté un poco. Me metí en un grupito. No me quería
calentar mucho porque había estado parado y no era bueno que me pasara.
Así que
empecé a regular, aunque tampoco mucho. Me fui del grupo, más bien se rompió
con un par de caídas. Íbamos todos solos. La carrera avanzó sin complicaciones,
iba a buen ritmo acercándome al corredor que tuviese delante en ese momento, y
por coger a uno, la última vuelta se me hizo eterna, porque me dio un bajonazo.
Entré en meta detrás del corredor
que había adelantado en la vuelta anterior, porque la última parte de la
carrera había podido conmigo. No estaba desanimado
tampoco, porque sabía que así era como tenía que estar, así que solo se podía
ir para arriba.
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