Constancia

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domingo, 6 de noviembre de 2016

3ª Prueba de la Copa de España de Ciclocross 16-17: Carranza


Y continuamos con la Copa de España, esta vez en Carranza (País Vasco), con la tercera prueba de la Copa. Y como llevaba tiempo esperando, llovía. Porque… ¿Qué es cx sin barro?, es como un perrito caliente sin salchicha.




Así que después de casi una semana lloviendo, llegamos a Carranza y el circuito era una piscina, marrón y pegajosa, de las que me gustan. Nos preparamos (yo me forré hasta con papel de film para no mojarme). Y fui a dar una vuelta.



El circuito de Carranza es un circuito feo, las cosas como son, a menos que llueva. Cuando llueve, deja de ser una escombrera a ser un circuito donde vas a echar los ojos, donde te vas a llenar de barro, vas a tener que patear y sobre todo, te lo vas a pasar en grande. Hay un par de zonas que me encantan, la “herradura”, donde subíamos por una ladera dábamos una curva y con la misma bajábamos, la zona del frontón, donde había unas bajaditas divertidas… etc.





Y después volvimos a la carpa, donde esperamos tranquilamente hasta que nos trajeron los dorsales, los pusimos y seguimos esperando para montarnos al rodillo.



De vez en cuando paraba de llover pero siempre volvía otra vez. Calentamos y fuimos a la salida pero yo me metí debajo de un balcón y empecé a saltar esperando a que los árbitros fueran a la salida.
Nos colocamos en la salida, yo estaba en segunda fila. Salieron las chicas cadetes, y unos minutos después, nosotros.



Salí colocado de la mitad para delante del grupo, y adelanté a varios corredores en la curva en la que entrabamos al “prau”. Pero entonces un corredor que iba delante de mí se cayó, y medio pelotón se le llevó, conmigo incluido. Me levanté lo más rápido que pude. Pero se me había salido la cadena y por culpa del barro que en el plato se había quedado trabado, la cadena no entraba y entre que la metía me pasaron casi todos los corredores. Y monté y seguí hacia delante. Empecé a remontar posiciones pero estaba muy lejos de donde debería estar. Estaba tan nervioso que después de pasar el primer box, entre en un zigzag embarrado y me fui al suelo. Me levanté corriendo, cada vez más desanimado pero seguí para delante. Pasé por box en el puesto 47º.




Llegamos a la “Herradura” y adelanté a varios, con la bici al hombro y agarrándome a la cinta. Seguí a mi ritmo hasta que llegué a la zona del frontón, bajé montado hasta la valla y bici al hombro otra vez la subí. Pero al bajar se me salió la cadena otra vez. La metí más rápido que antes pero no me arriesgué y cambié de bici en el segundo box. Ahora ya un poco más asentado en carrera, cogí mi ritmo y a hacer una remontada épica. 


Seguía pasando gente, aunque ya notaba el cansancio en las piernas y me costaba respirar, así que relajé un poco el ritmo para acabar mejor. Cada vez que veía que iba demasiado lento o me costaba mucho en el barro, saltaba de la bici y echaba a correr. Y entonces empezó a llover, el barro se empezó a hacer más resbaladizo y no tan pesado como antes. Y empezaron los escalofríos. Estaba congelado. Tenía ganas de llegar a meta y poder ducharme. Empecé a temblar. Pero tenía que acabar. 


Hice la última vuelta ya a lo que daba. Entré en meta yo solo en el puesto 31º.





Entré bastante desanimado porque todavía no he podido hacer una carrera dando todo lo que podía dar, estando donde podía estar. Pero bueno, a seguir mejorando para estar a tope y poder dar lo mejor de mí en Los Corrales de Buelna y en Colindres, mi casa, el  fin de semana siguiente. 



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