Después de una
muy larga semana, después de las carreras de Medina y Villarcayo, tocaba
Carranza, que aunque es un circuito que no me gusta mucho, tenía ganas de
correr. Nos levantamos muy pronto,
porque por desgracia, corríamos los primeros. Justo, esa noche llovió bastante
y estaba todo embarrado.
Llegamos allí,
aparcamos y nos fuimos a dar una vuelta al circuito, para reconocerle. Estaba
muy resbaladizo y había muchos tramos que era imposible hacer montado, como la herradura
(que en las demás carreras si se podía que salió el sol y se secó). Por lo menos con barro el circuito ganaba
mucho. Mientras dábamos la vuelta me di
cuenta de que iba bajo de altura, y era muy raro porque las tenía preparadas y
estaban bien. Pensé que se había bajado el sillín solo así que no le di más
vueltas. Estiramos y luego hicimos rodillo, todos muy nerviosos.
Cuando ya nos
tocó ir a la salida, nos colocamos muy rápido. Los árbitros llamaron por el
ranking de las carreras del País Vasco, y como yo no había corrido ninguna, me
pusieron con los demás que tampoco lo habían hecho por detrás e hicieron un
sorteo. Como siempre, salieron primero las chicas y tres minutos después
nosotros.
Salí como
pude, esquivando gente. Entramos en el primer prado, que resbalaba muchísimo. Íbamos
tres corredores del BigMat-Sallende casi seguidos porque había un corredor
entre mi compañero Adrian y yo.
No me encontraba bien, iba incomodo en la bici
y me dolían las rodillas. Me dejaron atrás. Iba a mi ritmo porque no podía
acelerar. No me daban las piernas. Cada
vez que tenía que bajarme iba casi cojeando. En un “repechucu”, al lado de las
piscinas pise mal, resbalé y me fui. La bici tenía una carga de barro
considerable así que tuve que cambiar de bici, que ya no avanzaba ni frenaba.
En la curva de meta iba fuerte y la gente que estaba allí empezó a gritar que
parara porque me iba, y yo intentado frenar todo lo que pude casi me dejo allí las
manos. Me di cuenta que iba bajo también en la bici que llevaba, y al cambiar
en el box a la otra, también. No estaba acostumbrado a la bici que había cogido
ya que no había tenido ocasión de poder probarla.
Iba como podía, intentando
seguir un ritmo pero no podía. Vi que tenía allí a Adrián y a Andrés (mis
compañeros de equipo) y me propuse alcanzarlos. Los vi que no iban mucho mejor
que yo y me animó bastante. Aceleré y al final entramos los tres seguidos a
poco tiempo los unos de los otros. Al acabar no podía estirar ninguna de las
dos piernas y no podía andar. Luego me enteré que entré el 21º, y por fin, que
ya en Villarcayo estuve cerca, cobré. Yo creo que han sido los seis euros que
más ilusión me han hecho en mi vida, más que cuando me encontré 50 en una
papelera. En serio.
Al final
resultó que lo de las rodillas era que tenía todas las bicis bajas de altura,
porque parece que pegué un estirón en una semana, ya que me quedaba todo
pequeño. #BigMatTeam
Fotos de las
carreras:
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