Constancia

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domingo, 15 de abril de 2018

Superprestigio de Arnedo Btt 2018



Después de la Vuelta a Galicia, tocaba descansar un poco de la bici de carretera y pasarse un poco a la de ruedas gordas. Y como no, a una de mis carreras favoritas, el Superprestigio de Arnedo.





Para evitar levantarnos a las 4 o 5 de la mañana (para poder llegar a tiempo, ver el circuito, poder calentar… etc), fui el día antes con el equipo de Bicicletas Meta. Llegamos antes de comer, para dar un par de vueltas al circuito. No había cambiado mucho respecto al año pasado.  




El circuito, era técnico. Es uno de los más duros, más técnicos y sobre todo más bonitos de España. Más o menos se divide en tres partes: La parte urbana, que es donde está la salida y la meta, se caracteriza por las rampas que hay, tanto de subida como de bajada. Otra parte es la de la ladera de la montaña, para mí la más dura de todas, una zona técnica, con tanto de subidas duras y largas, bajadas complicadas, sin darte respiro. Y por último, la zona del circuito de motocross, un sitio donde parecía que podías recuperar, pero no, el terreno agarraba mucho y había que ir a cañón si no querías perder con los de delante.




Luego nos fuimos al hotel y allí pasamos la tarde hasta que nos fuimos a dormir. Por la mañana, madrugamos y después de desayunar, nos marchamos al circuito.




Allí después de calentar y prepararlo todo, me fui a la salida, con tiempo de sobra, porque sabía que había que coger sitio, ya que la salida de esta carrera es complicada y si sales atrás, te quedas atrás. Sin ninguna posibilidad de pasar hasta que ya llevas medio circuito.




Así nos colamos como pudimos para acabar bien colocado en la parrilla. Salí fuerte en cuanto sonó el pitido. Llegué al box más o menos en top30, habiendo pasado el estrechamiento de la salida sin mayor problema.



Pero el problema venia ahora. Como me pasó en la anterior de Btt (Erandio), lo que llevaba mal (por falta de km en la bici de montaña) era la técnica. Y aunque las subidas y donde había que tirar de piernas lo llevaba bien, donde lo pasaba mal era en la bajada. Ahí perdía posiciones y tiempo, mucho tiempo. La primera vuelta la di sin mucha novedad, apretando en los sitios donde podía apretar e intentando no irme al suelo en los otros. Pero es un circuito donde no puedes descansar, donde te vas quemando poco a poco, que cada esfuerzo de más le acabas pagando. Y aunque yo soy de acabar mejor de lo que empiezo, cada vez iba más rápido, más fuerte pero más torpe, con menos reflejos. Y se mascaba la tragedia. Me fui al suelo, perdí el control de la bici en la zona más técnica.



Llegué a meta a falta de una vuelta, porque el primer corredor junior, Carlos Canal, me dobló, mientras iba codo con codo con los elites.




En conclusión de la carrera, es que lo perdí todo en las zonas técnicas porque iba lento y con miedo.





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