Constancia

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sábado, 14 de abril de 2018

I Challenge Junior Carballo (Galicia)



Y por fin llegó mi primera vuelta como junior, y para empezar bien nos íbamos un viernes a Carballo, Galicia. Llegamos, después de unas 6 horas de viaje, a un precioso pueblecito en la costa llamado Razo. Nos hospedábamos en un albergue de surfistas a escasos metros de una bonita playa, justo encima de la salida de la cronoescalada y de la etapa del día siguiente.

Así que cuando llegamos, fuimos a soltar pierna, y para aprovechar fuimos a ver el recorrido de la crono. Que rampas. Salvo los pocos metros llanos de la salida y una pequeña bajada, los tres kilómetros y pico que eran de crono era para arriba, y la mayoría eran repechos cortos pero muy intensos.  El que rompía a todos los corredores era uno que ni siquiera era de carretera, que era hormigón, ya que subíamos hacia el monte.

Después de verlo, nos fuimos al hotel para descansar, cenar y dormir. Al día siguiente tocaba doble sector.


Por la mañana tocaba la crono. Yo era de los primeros en salir. En realidad, me daba igual cuando saliera. Lo único que quería es que no me metieran mucho tiempo, ya que sabía que no tenía piernas para hacer nada importante. Salí a tope. El primer muro le aguanté bien, subí con fuerza. La siguiente subida, más tirada pero no por ello menos dura por el viento y la velocidad que ponía cada uno, la subí a ritmo, sin calentarme para aguantar las duras rampas de después. En la bajada intenté recortar, y entré demasiado fuerte en la curva, pero pude controlar a tiempo. Y en cuanto llegué al hormigón empecé a sufrir de verdad. Llegué a meta muerto. Acabé en mitad de la clasificación.


Para la tarde tocaba etapa, 60 km que salían de dar dos vueltas a un circuito. Un circuito que por cierto, no tenía un metro llano. He aprendido a las malas como es Galicia.  Salimos neutralizados hasta un muro, al alto. Allí dieron la salida. Mientras todo esto ocurría, me había quedado de la cabeza del grupo porque había tenido que frenar por un coche. Y justo antes de dar la salida, el coche pegó un frenazo, quedando parado completamente, justo antes de acelerar para pitar. Y los corredores que tenía delante posaron pie. Haciendo que ni yo ni los que tenía detrás pudiéramos salir.


Y ahí se formó el grupo con el que fui en persecución del pelotón. Al principio íbamos a relevos, hasta que llegamos al primer premio de la montaña. Se rompió el grupo así que me puse a tirar y me fui. El siguiente premio de la montaña estaba muy cerca, e iba yo solo. Tenía un grupo delante que estaba luchando por enganchar. Si me metía en el grupo, podría enganchar.  Así que, tirando como un burro me metí en el grupo y fuimos dando relevos. Y ya subiendo el puerto, cuando ya quedaba poco para enganchar, se nos puso al lado el árbitro y nos sacó de carrera.


A la mañana siguiente tocaba la etapa grande, la larga y la más dura. Yo podía salir aunque ya no estaba en clasificación.



Salimos neutralizados por las calles de Carballo. Dieron la salida oficial al salir del pueblo. La primera vuelta la aguanté bien aunque íbamos rápidos. Era la primera de las 4 vueltas que dábamos aunque dos de ellas (la segunda y la cuarta) eran más largas. Las dos más cortas eran rompe piernas pero sin más dificultad.  La segunda tenia premio de montaña, un puerto largo y matador. Empecé el puerto “haciendo la goma”, y falta de poco del alto (o eso creía yo) me descolgué. Como vi que quedaba poco y me iban a retirar, pues apreté todo lo que podía.



Comencé la bajada solo, y a mitad de bajada me di cuenta que el puerto no había acabado y quedaba un repecho largo y bastante duro.



Llegué arriba y en la bajada me retiraron con varios corredores más.
Y se acabó un fin de semana que me lo pasé genial, pero a nivel de carreras fue un desastre.

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