Para seguir
con la pretemporada, (ya fuimos el día anterior a los Collados del Asón, a dar
la vuelta al Colina), tocaba seguir andando el fin de semana. Y quedamos otra
vez en el club, no tantas personas como ayer, y nos marchamos dirección
Santoña.
Una vez allí,
debajo del monte Buciero, cogimos las esterillas y estiramos. Empezamos a
andar, subiendo por la falda del Buciero. Íbamos de dos en dos. Hacía mucho
calor y eso fastidiaba bastante. Continuamos a buen ritmo, pese a estar un poco
fatigados del día anterior. Llegamos a las famosas 763 escaleras, que más que
escaleras era una caída libre. Bajamos enganchados al cable que allí estaba
puesto, por miedo a caernos.
Llegamos al Faro del Caballo, comimos algo, nos
hicimos varias fotos, y descansamos un poco comiendo chorizo de jabalí casero de
mi compañero Isma. Subimos, y sin poder evitarlo (es algo superior a nosotros,
siempre echando competiciones), hicimos una carrera hasta arriba. Yo subí el
primero, en vez de corriendo, a gatas, apoyándome en los escalones también con
las manos, de los altos que eran. Luego una vez arriba nos encontramos con las
escuelas de mtb de Colindres. Nosotros seguimos hasta el otro faro, pero
pensando que quedaba todavía un cacho, cuando en realidad, estábamos al lado.
Nos dimos la vuelta porque había gente que tenía que irse. Llegamos a la
entrada de las escaleras otra vez, donde esperaban los de escuelas.
Los demás
se fueron pero Iván y yo nos quedamos ahí, porque ahí estaban nuestras
familias. Nos hicimos otra vez las escaleras él y yo, (empiezo a pensar que
somos masocas) y nos fuimos a comer con ellos. Luego fuimos al otro faro,
después de estar descansando un rato. Y dimos la vuelta al Buciero completa
subiendo por al barrio del Dueso hacia el Fuerte de Napoleón y bajando hasta el
paseo del Pasaje donde teníamos los coches.
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