Como habían
suspendido la carrera de Mazcuerras, aparecimos yendo dirección Candás, un
pueblo asturiano costero, donde se celebraba el premio de “La Sardina” dentro
del Open Astur Cántabro Gallego.
Como en la
anterior carrera asturiana, fuimos a comer por la mañana, esta vez mejor que la
anterior. Y luego fuimos a ver si encontrábamos la salida que tras varias
vueltas conseguimos aparecer en el muelle donde se celebraba la carrera. Fuimos
a ponernos detrás del Club Náutico, a la sombra porque hacia verdadero calor.
Estuvimos un
rato hablando tranquilamente con algunos corredores del Luyma que habían ido a
comer también allí. Luego nos preparamos y nos volvimos a sentar, hacia
demasiado calor como para ponernos a calentar tan pronto.
Después ya de
haber calentado fuimos a la salida a dar unas vueltucas. Dieron la salida
neutralizada y ya íbamos rápido, no me iban bien las piernas. En cuanto el
árbitro pitó la carrera se aceleró. Era una larga carretera que picaba para
arriba aunque no se notaba mucho pero quemaba en las piernas. Yo iba en el
grupo, solo iba. Hasta que llegó la subida larga me solté por el ritmo que
llevábamos y volví a enganchar arriba. Después había un tramo largo de bajada,
aproveché para coger aire, comer y beber, y para intentar pasar para delante. Y
llegamos a una curva de 180 grados, donde entrabamos a otra carretera.
No nos
lo esperábamos ninguno y casi nos vamos varios al suelo, ya que la curva era
muy mala, tenía una pequeña caída y un coche parado nada más salir de ella. Y
empezaba la subida, la más larga donde me quedé cortado porque no iba bien.
Empezamos la bajada y fui cogiendo gente hasta que formamos un grupito, y
empezamos a trabajar todos juntos a relevos. Nos acercábamos a un grupito de
unas 15 unidades que iba delante y de repente hubo una caída en la que tres
coches se pusieron a lo ancho de la carretera y no podíamos pasar. Tuvimos que
pasar con cuidado por el arcén y volver a colocarnos para enganchar. Y al final
enganchamos y comenzamos a hacer relevos todos.
Pero llegó un momento que
estábamos cerca de meta, antes de empezar a subir, que como sabíamos que no
íbamos a enganchar al pelotón o lo que quedara, nos relajamos. Empezamos a ir
tranquilos y hablando porque la subida iba a llegar en cualquier momento. Y la
subida llegó. Y al principio íbamos todos en grupo, pero después de decir las últimas
bromas, empezó a subir cada uno a su ritmo. Y entramos en la rampa de meta, que
aunque era empinada, no era como la subida de Santa Ana de la anterior carrera,
y puse un ritmo cómodo, pero rápido y entre a meta.
Después del
calor que hacía, acabamos bañándonos en el puerto.
Y volvimos a
Cantabria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario