Constancia

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viernes, 26 de agosto de 2016

Vuelta al Besaya de Cadetes 2016


Y para poner la guinda a la temporada antes del ciclo cross, tocaba la I Vuelta al Besaya para cadetes. Después de correr la Txuma tenía muchísimas ganas de esta carrera, y la estuve preparando durante un mes.


Como en la anterior, nos fuimos de concentración, esta vez al Hotel Los Pasiegos de Hoznayo. Llegamos allí por la mañana, para comer directamente y luego ir a la carrera, que era a las seis en Los Corrales de Buelna.



Comimos menú de ciclista (el finde entero así que acabé de la pasta hasta las narices), y luego fuimos a instalarnos en las habitaciones donde descansamos hasta la carrera.




Llegamos a Los Corrales de Buelna, donde se celebraba la primera etapa, que en realidad era una CRE (contrarreloj por equipos), que en un principio era de 6 km y medio pero lo bajaron un km entero. La habíamos preparado bastante bien, entrenando en el velódromo de Torrelavega, todos en fila dando relevos, y por eso teníamos esperanzas de hacer una buena crono. No corríamos con cabra, botines, buzo como otros equipos, nosotros nos mandaron ir con nuestros cascos y equipaciones normales y nuestra bici. 2 de nosotros llevábamos acoples.


 Luego nos dejaron los cascos del equipo junior, el Disgarsa. Así que corríamos solo con casco, y no todos porque a otros dos no les entraba.


Así que fuimos a la salida de la crono, que se hacía en una plaza. Para la salida nos aguantaban unas chicas del pueblo, pero aunque eran guapas, hay que poner a alguien que sepa aguantar la bici. Y yo me caía y tuve que salir con el pie fuera.


Pero en cuanto dieron la salida, salimos como un tiro. Y en cuanto nos pusimos en fila, Tuti dijo por el pinganillo: Iván, fila hecha, full gas!!!! E Iván que era el que daba el primer relevo, empezó a darle caña. Fuimos pasando al relevo, hasta que llegamos a una curva totalmente cerrada donde se rompió la fila pero aguantamos tres (y cuenta el tiempo del tercero) así que sin esperar tiramos a tope. Llegamos a la zona ratonera donde había unas curvas muy cerradas para una crono pero aun así nos venía bien. Llegamos a tope a meta, marcando un tiempo de cinco minutos y 49 segundos. Aunque hicimos buena contrarreloj quedamos en el puesto 20º de 24º y el primer equipo (que fue el Bathco a pesar de que se cayeron dos corredores en la salida) nos metió treinta segundos.


Y después de eso, hicimos un tramo de la etapa del último día, y luego volvimos al hotel, donde nos duchamos, cenamos y después de una charla nos fuimos a dormir.


Al día siguiente nos levantamos pronto, desayunamos bastante bien y fuimos a hacer rodillo después de que nos limpiaran las bicis. Y después de un rato de rodillo bajamos a comer y a prepararnos para la carrera.
Llegamos pronto a Villacarriedo, pero no encontramos la salida. Y resultaba que no estaba montado todavía. Pero nos instalamos y esperamos. Fuimos a firmar y después a ver la salida de la carrera, que se estrechaba mucho y justo empezaba el premio de la montaña.


Luego fuimos a calentar y un cuarto de hora antes, estábamos con  casi todo el pelotón en la salida. Salimos neutralizados un poco y enseguida, tocaron el silbato. Pasé todo lo que pude para delante y así no quedarme atrás. Empezamos a subir y empezaron los ataques y todo el rollo pero yo iba a lo mío. Hubo una caída llegando casi arriba, que casi me pilla pero pude esquivar. Bajando íbamos todos descolocados pero enganche en un grupo que me metió en el grupito de cabeza. Y ahí aguanté escondido y comiendo hasta llegar a Sarón, que como iba delante y era la meta volante, me metí a rueda de uno que la iba a disputar y esprinté también.


Después me volví a esconder en el grupo, aunque salía a los ataques fuertes por si acaso pero aguanté ahí. En un cruce, los de la organización se colaron y nos mandaron a otro lado, y la cabeza del pelotón tuvo que parar y dar la vuelta. Yo me baje de la bici y eche a correr. Conseguí volver a cabeza del pelotón y esconderme hasta el premio de la montaña, donde me quedé nuevamente, aunque esta vez definitivamente. Me quedé solo bajando y no conseguía enganchar al grupo que tenía delante. Luego me cogió otro grupo, y tirando con ellos cogimos a otros y otros nos cogieron. Solo quedaban 10 km e íbamos dando relevos unos pocos, entre ellos el equipo Pindal, casi al completo, y unos pocos más entre los que yo me encontraba. Y no hay cosa que menos me guste que sea estar trabajando para alguien que me va a esprintar sin haber dado un relevo. Y hablé con un par de corredores del Pindal y nos apartamos. Y llegamos al sprint, y saltamos tan fuerte que entramos en el sprint del grupo que iba delante.


Después de eso, me enteré que solo habíamos acabado tres del equipo, Alberto, Isma y yo, porque Julio y Jorge se habían caído y el otro había petado.


Llegamos al hotel, nos duchamos, cenamos y a la cama que al día siguiente se presentaba dura.



El domingo quedamos a las siete para desayunar pero como no teníamos despertador, a las siete y cinco nuestro entrenador llamaba a la puerta y casi la tira abajo. Luego fuimos a desayunar, zumo de naranja, tortilla, arroz y yogur con Complex. Luego nos preparamos para correr, recogimos las habitaciones y nos marchamos dirección Arenas de Iguña.


Llegamos y cogimos sitio, en un patio. Allí nos sentamos hasta que nos fuimos al control de firmas, donde Paco “Micro” n0s iba presentando uno a uno. Luego cogimos las bicis y fuimos a ver como era el principio de la subida de Bostronizo, el puerto de 2ª categoría donde acababa la etapa.


Después fuimos a calentar y como el día anterior, todos un cuarto de hora antes en la salida para coger sitio. Y salimos todos juntos. Al poco de salir, teníamos un puerto, que contaba para premio de la montaña. Pensaba que no le conocía, pero según nos íbamos acercando me iba entrando miedo, porque me acordaba del Campeonato de Cantabria de CRI de junior, que pasaba por ahí, pero en sentido contrario.


Era muy pindio, y con unas “paellas” preciosas, y encima estaba todo el público a los dos lados de la carretera gritando y animando, y era la leche. Me quedé un poco porque se pegaban las ruedas al suelo y no había quien avanzara.


Llegué cortado al alto, y como la etapa anterior, me quedé solo bajando. Vi que venía un grupo por detrás y me dejé coger y empezamos a hacer relevos aprovechando un parón del grupo principal. 
Enganchamos gracias a que Pablo Gutiérrez (Efraín) pinchó y que un corredor de un equipo se quedó a meter a dos corredores que iban conmigo.


Luego me puse a comer y llegué a Los Corrales en el grupo. Aguanté bien a rueda todo el rato, bebiendo para llegar a Bostronizo bien. Dimos la vuelta por Jain, hasta el polígono de Barros, donde había una rotonda con grava, en la que casi la lio, menos mal que sé andar por arena. Cogimos otra vez la carretera a Arenas y me dio el flato por culpa de un gel, que me sentó mal. Pero seguí aguantando en el grupo, hasta que llegamos abajo del puerto. La gente estaba muy nerviosa. Yo deseé suerte a los dos compañeros que quedaban en carrera, y empezamos a subir. Sabía que se me iba a hacer larga, así que empecé tranquilo y fui aumentando según subíamos.

Llegó un momento que tenía dos grupos por delante, una curva cerrada y mucha gente, metí plato y adelanté a los dos grupos, y me metí en el tercero, donde iba mi compañero Jorge. Y entre los dos, dejamos el grupo atrás y llegamos al sprint.


Muy contento con el fin de semana, con las sensaciones, y con todo en general. El año que viene más y mejor!

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