Y para poner
la guinda a la temporada antes del ciclo cross, tocaba la I Vuelta al Besaya
para cadetes. Después de correr la Txuma tenía muchísimas ganas de esta
carrera, y la estuve preparando durante un mes.
Como en la
anterior, nos fuimos de concentración, esta vez al Hotel Los Pasiegos de
Hoznayo. Llegamos allí por la mañana, para comer directamente y luego ir a la
carrera, que era a las seis en Los Corrales de Buelna.
Comimos menú
de ciclista (el finde entero así que acabé de la pasta hasta las narices), y
luego fuimos a instalarnos en las habitaciones donde descansamos hasta la
carrera.
Llegamos a Los
Corrales de Buelna, donde se celebraba la primera etapa, que en realidad era
una CRE (contrarreloj por equipos), que en un principio era de 6 km y medio
pero lo bajaron un km entero. La habíamos preparado bastante bien, entrenando
en el velódromo de Torrelavega, todos en fila dando relevos, y por eso teníamos
esperanzas de hacer una buena crono. No corríamos con cabra, botines, buzo como
otros equipos, nosotros nos mandaron ir con nuestros cascos y equipaciones
normales y nuestra bici. 2 de nosotros llevábamos acoples.
Luego nos dejaron
los cascos del equipo junior, el Disgarsa. Así que corríamos solo con casco, y
no todos porque a otros dos no les entraba.
Así que fuimos
a la salida de la crono, que se hacía en una plaza. Para la salida nos
aguantaban unas chicas del pueblo, pero aunque eran guapas, hay que poner a
alguien que sepa aguantar la bici. Y yo me caía y tuve que salir con el pie
fuera.
Pero en cuanto
dieron la salida, salimos como un tiro. Y en cuanto nos pusimos en fila, Tuti
dijo por el pinganillo: Iván, fila hecha, full gas!!!! E Iván que era el que
daba el primer relevo, empezó a darle caña. Fuimos pasando al relevo, hasta que
llegamos a una curva totalmente cerrada donde se rompió la fila pero aguantamos
tres (y cuenta el tiempo del tercero) así que sin esperar tiramos a tope.
Llegamos a la zona ratonera donde había unas curvas muy cerradas para una crono
pero aun así nos venía bien. Llegamos a tope a meta, marcando un tiempo de
cinco minutos y 49 segundos. Aunque hicimos buena contrarreloj quedamos en el
puesto 20º de 24º y el primer equipo (que fue el Bathco a pesar de que se
cayeron dos corredores en la salida) nos metió treinta segundos.
Y después de
eso, hicimos un tramo de la etapa del último día, y luego volvimos al hotel,
donde nos duchamos, cenamos y después de una charla nos fuimos a dormir.
Al día
siguiente nos levantamos pronto, desayunamos bastante bien y fuimos a hacer rodillo
después de que nos limpiaran las bicis. Y después de un rato de rodillo bajamos
a comer y a prepararnos para la carrera.
Llegamos pronto
a Villacarriedo, pero no encontramos la salida. Y resultaba que no estaba
montado todavía. Pero nos instalamos y esperamos. Fuimos a firmar y después a
ver la salida de la carrera, que se estrechaba mucho y justo empezaba el premio
de la montaña.
Luego fuimos a
calentar y un cuarto de hora antes, estábamos con casi todo el pelotón en la salida. Salimos
neutralizados un poco y enseguida, tocaron el silbato. Pasé todo lo que pude
para delante y así no quedarme atrás. Empezamos a subir y empezaron los ataques
y todo el rollo pero yo iba a lo mío. Hubo una caída llegando casi arriba, que
casi me pilla pero pude esquivar. Bajando íbamos todos descolocados pero
enganche en un grupo que me metió en el grupito de cabeza. Y ahí aguanté
escondido y comiendo hasta llegar a Sarón, que como iba delante y era la meta
volante, me metí a rueda de uno que la iba a disputar y esprinté también.
Después me
volví a esconder en el grupo, aunque salía a los ataques fuertes por si acaso
pero aguanté ahí. En un cruce, los de la organización se colaron y nos mandaron
a otro lado, y la cabeza del pelotón tuvo que parar y dar la vuelta. Yo me baje
de la bici y eche a correr. Conseguí volver a cabeza del pelotón y esconderme
hasta el premio de la montaña, donde me quedé nuevamente, aunque esta vez
definitivamente. Me quedé solo bajando y no conseguía enganchar al grupo que
tenía delante. Luego me cogió otro grupo, y tirando con ellos cogimos a otros y
otros nos cogieron. Solo quedaban 10 km e íbamos dando relevos unos pocos, entre
ellos el equipo Pindal, casi al completo, y unos pocos más entre los que yo me
encontraba. Y no hay cosa que menos me guste que sea estar trabajando para
alguien que me va a esprintar sin haber dado un relevo. Y hablé con un par de
corredores del Pindal y nos apartamos. Y llegamos al sprint, y saltamos tan
fuerte que entramos en el sprint del grupo que iba delante.
Después de
eso, me enteré que solo habíamos acabado tres del equipo, Alberto, Isma y yo,
porque Julio y Jorge se habían caído y el otro había petado.
Llegamos al
hotel, nos duchamos, cenamos y a la cama que al día siguiente se presentaba
dura.
El domingo quedamos a las siete para desayunar
pero como no teníamos despertador, a las siete y cinco nuestro entrenador
llamaba a la puerta y casi la tira abajo. Luego fuimos a desayunar, zumo de
naranja, tortilla, arroz y yogur con Complex. Luego nos preparamos para correr,
recogimos las habitaciones y nos marchamos dirección Arenas de Iguña.
Llegamos y
cogimos sitio, en un patio. Allí nos sentamos hasta que nos fuimos al control
de firmas, donde Paco “Micro” n0s iba presentando uno a uno. Luego cogimos las
bicis y fuimos a ver como era el principio de la subida de Bostronizo, el
puerto de 2ª categoría donde acababa la etapa.
Después fuimos
a calentar y como el día anterior, todos un cuarto de hora antes en la salida
para coger sitio. Y salimos todos juntos. Al poco de salir, teníamos un puerto,
que contaba para premio de la montaña. Pensaba que no le conocía, pero según
nos íbamos acercando me iba entrando miedo, porque me acordaba del Campeonato
de Cantabria de CRI de junior, que pasaba por ahí, pero en sentido contrario.
Era muy
pindio, y con unas “paellas” preciosas, y encima estaba todo el público a los
dos lados de la carretera gritando y animando, y era la leche. Me quedé un poco
porque se pegaban las ruedas al suelo y no había quien avanzara.
Llegué cortado
al alto, y como la etapa anterior, me quedé solo bajando. Vi que venía un grupo
por detrás y me dejé coger y empezamos a hacer relevos aprovechando un parón
del grupo principal.
Enganchamos gracias a que Pablo Gutiérrez (Efraín) pinchó
y que un corredor de un equipo se quedó a meter a dos corredores que iban conmigo.
Luego me puse
a comer y llegué a Los Corrales en el grupo. Aguanté bien a rueda todo el rato,
bebiendo para llegar a Bostronizo bien. Dimos la vuelta por Jain, hasta el
polígono de Barros, donde había una rotonda con grava, en la que casi la lio,
menos mal que sé andar por arena. Cogimos otra vez la carretera a Arenas y me
dio el flato por culpa de un gel, que me sentó mal. Pero seguí aguantando en el
grupo, hasta que llegamos abajo del puerto. La gente estaba muy nerviosa. Yo
deseé suerte a los dos compañeros que quedaban en carrera, y empezamos a subir.
Sabía que se me iba a hacer larga, así que empecé tranquilo y fui aumentando
según subíamos.
Llegó un
momento que tenía dos grupos por delante, una curva cerrada y mucha gente, metí
plato y adelanté a los dos grupos, y me metí en el tercero, donde iba mi
compañero Jorge. Y entre los dos, dejamos el grupo atrás y llegamos al sprint.
Muy contento
con el fin de semana, con las sensaciones, y con todo en general. El año que
viene más y mejor!
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