"Con mi primo el de Valladolid"
Después de una
muy laaaarga espera, de muchos exámenes,
de muchas chupas de agua entrenando, por fin, llegó el momento que tanto
esperaba, empezar la temporada.
Y empezábamos nada más y nada menos que en Valladolid, en la segunda prueba de
la Copa de España de Btt, organizada por Internacionales BTT.
Salimos de Colindres
el día antes, ya que la hora de salida de mi categoría era a las 9 de la mañana
y había que madrugar mucho y del viaje y demás llegaríamos muy cansados para
correr. Salimos por la mañana
tranquilamente, para ir para allá. Íbamos en mi furgoneta, cargada hasta los
topes, 5 personas, Iván Carnero (mi
compañero de equipo, BigMat-Sallende), Ainhara Salas (Multiservicios Rio Miera-CCMeruelo)
y su padre, y claro, mi padre y yo.
No estaba
nervioso como otras veces eso me sorprendió y todo, pero solo empecé a temblar
en la salida, por lo demás, estaba bien en todo momento.
Llegamos allí
a la una y pico, nos registramos en el Hotel Novotel, que estaba colaborando
con la carrera y hacía una oferta a los que iban a la prueba. Subimos a las
habitaciones (que estaban bastante bien) y comimos. Luego mi padre bajó a la
reunión de directores que era en el propio hotel.
Tuvimos un
poco de tiempo libre antes de irnos al circuito, que estaba en el Cerro de las
Contiendas, para la CRI y el recorrido. La gente decía que estaba muy
complicado debido al barro que se había hecho por la lluvia. Dimos una vuelta
al circuito antes de la crono.

Tengo que decir,
que tenía miedo. Este es mi primer año de cadete y todo el mundo me decía que
había un salto muy grande desde escuelas a cadetes, y tenía miedo por el
circuito. Y si, había mucho cambio, no era ni parecido a los demás circuitos.
El más parecido era el de Alfoz de Lloredo, y ese se quedaba pequeño al lado de
este. Había sitios en los que había que ir tranquilo y con una pata fuera para
no irte al suelo, o lo que es peor hacia abajo. Y en una bajada que la ví y
dije que “nanai”, que eso no lo bajo. Tenía un par de escalones considerables y
unos cuantos arboles al fondo puestos “a muy mala leche”, pero después de
mirarla un rato, me la bajé unas cinco veces (y no fueron más porque para
volver a bajar había que subir, y costaba).

El resto del
circuito también me gustaba, tenia de todo; un tramo de escaleras, bajadas
técnicas y otras más fáciles, subidas que se hacían montado en bici y otras que
era imposible (que por culpa del barro abundaban más estas últimas), sitios
técnicos y otros para descansar.
Me encontré
con Raúl Durán (Dipuleon Bembibre), con
el que corría el FuturoBike hasta el año pasado. Fue uno de los afectados de la
hora de recogida de dorsales de la contrarreloj, que como muchos otros, como mi
amigo Miguel Bartolomé (Cycling Vallina), no sabían que se cerraba todo a las
dos de la tarde y no pudieron correr.
Volvimos al
hotel, después de limpiar la bici, y las subimos a la habitación (por si
acaso…). En todo esto, a Iván se le soltó el tornillo de la patilla del cambio
y se le perdió. Aprovechando la bañera del hotel, me relajé un rato a remojo
antes de irnos a dar un paseo por Valladolid e ir a cenar. Íbamos con un primo
lejano de mi padre con el que nos llevamos muy bien, que es de allí de
Valladolid. No pudimos dar el paseo que queríamos porque llovía bastante y al
final acabamos en el Telepizza, con tres pizzas tamaño familiar que estaban
bastante ricas.

Llegamos al
hotel, nos preparamos todo para el día siguiente y nos fuimos a la cama, no a dormir, a la
cama. Y digo esto porque no dormí en toda la noche, entre el calor que hacía,
no estaba cómodo, la luz de emergencia… me levanté unas 7 veces a beber agua al
baño… en fin, no pegué ojo en toda la noche. Me levanté a las 6:20, que me
había puesto la alarma del móvil para ducharme antes de irnos a desayunar.
Bajamos las maletas a la furgo y hambrientos fuimos al comedor del hotel. Luego
bajamos las bicis y nos marchamos al Cerro de las Contiendas.
Llegamos con
el tiempo justo de encontrar un tornillo para la bici de Iván (gentileza de
Jose Luis Blanco Teleña, Cangas de Onís, de la tienda Blanco Teleña Bikes), de
poner los rodillos y prepararnos para la carrera. Salíamos cadetes, luego
cadetes féminas, junior féminas y master 40/50/60.
Tuvimos suerte
y nos llamaron por dorsal, empezando por el 200 y yo era el 215 e Iván el 214.
Nos tocó en segunda fila. El árbitro nos dijo que eran tres vueltas, y que iba
a decir 30, y luego 15 y después tendríamos que salir en cuanto sonara el
silbato, éramos 45 cadetes.
Dijo 30, me
temblaban las piernas y los brazos.
Dijo 15 y dejé de temblar.6 segundos después pitó, muchos no se lo esperaban tan rápido, yo si porque no es la primera vez que nos lo
hacían.

Salí a todo lo
que daba, pero me empujó uno y tuve que girar rápido. Después otro me placó y
no sé cómo (la primera vuelta la di con un ángel en el culo) me tambaleé un
poco pero seguí, el otro tal como llegó rebotó a otro lado y se cayó.
Rápidamente nos pusimos todos en fila, en la primera subida un poco larga y
ancha. Llegamos a la parte estrecha sin adelantamientos, hasta que llegamos a
una subida que era casi imposible subir montado en ese momento y en la que
había una verja y después de la carrera estaba lleno de tapones que se habían
ido cayendo de lo estrecho que era el camino. Íbamos todos en fila andando sin
poder pasarnos los unos a los otros. Hasta que dos nos pasaron a todos por
arriba, y uno de ellos era Julio (Grupo Codelse-Daessa Sport). Llegué arriba y
le cogí y fui con él un cacho. Entramos en una bajadita un poco peligrosa por
el barro, pero la pasé sin ningún problema. Llegué a un tramo con curvas
resbaladizas dentro del bosque donde pasé a varios aprovechando la habilidad de
cx de bajarme cuando hay montoneras. Seguí a mi ritmo hasta que llegué a otra
de esas subidas de echar pie a tierra. Cuando monté no enganchaban los pedales
y había que dar un par de golpes a estos para sacar el barro y poder andar y
controlar la bici con más facilidad ya estaba a la altura del mirador. Pegué un
par de libradas pero sin mucha importancia. La carrera estaba completamente
rota ya, y estábamos todos desperdigados por el recorrido. Llegué a la bajada
del escalón después del segundo box y dos espectadores empezaron a animarme y
dije: -¡¡¡¡ Recordadme como un héroe!!!!.

Y más les vale, porque entré mal, se me fue la bici y… VOLÉ
No fueron ni dos segundos en el aire y caí con la rueda de delante y me iba de
frente y yo intentando enderezar me senté en la rueda de atrás, y me iba contra
el árbol. Tenía los huevos en la garganta (expresión un poco brusca pero es
necesaria) y otra vez apareció el ángel que me agarró y me puso en el camino.
Llegué al final de la bajada y en un poco de barro, me resbalé y caí muy
despacio. Me levanté y seguí para delante. Me cogió la primera junior Magda
Duran, y los primeros máster. Acabé la primera vuelta con otro corredor, con el
que hablé un poco en la subida del primer box, mientras nos pusimos a rueda de
un grupo de máster. Fuimos rodando juntos un rato hasta que le solté. Me iba
acercando a Raúl Duran, poco a poco recortando. Pero tenía mis propios
problemas porque cada vez iba haciendo más mazagote de barro en las zapatillas
y costaba enganchar. También me cogían corredores por detrás. Fue la vuelta que más lenta hice, medio minuto
más que en las otras dos. Iba en un grupito con más cadetes, que dejé atrás.
Llegué a la última vuelta. Me veía bastante bien, mejor de lo que me esperaba
para ser la última vuelta (que no era mucho), sabía que tenía a Raúl cerca así
que blanco y en botella, leche. Cogí un ritmo un poco fuerte que pudiera
aguantar toda la vuelta. Iba tan motivado que me subí la cuesta de la verja (y
sin dejar los tapones). Le recorté bastante, incluso me puse a rueda (aunque
solo fuera un poco). Sus padres también me animaban (me llevo bastante bien con
ellos) y su padre me decía:
-¡¡¡Vamos que tienes a Raul ahí!! ¡¡¡Pero no le pases eh!!!

La bajada del
escalón, como en la vuelta anterior, la bajé desmontado, decidí que había
gastado toda mi suerte del día.
Al final, Raúl pegó un tirón que me dejó clavado. Y aunque bajé dándolo todo no
lo cogí. Hice un tiempo de 1:20 h.
Al final muy
contento por la experiencia. A la carrera y organización un 10 porque el
circuito me enamoró. Y yo, muy contento como lo había hecho, buenas sensaciones
y muy divertido. Eso sí, todavía tenía la tensión de la librada de la primera
vuelta cuando acabé.