Constancia

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martes, 2 de abril de 2013

UN DÍA POR LOS COLLADOS DEL ASÓN



Medio dormidos estábamos mis hermanas y yo desayunando, para irnos a Asón (Cantabria), para hacer una ruta con unos amigos del Gimnasio. La ruta salía del pueblo de Asón e iba por el bosque, siempre al lado del río, y llegaba hasta debajo de la cascada del nacimiento del Asón (esta vez el rio). Pero como llovió toda la noche no pudimos hacer esa ruta, porque había que pasar varias veces por el rio. Así que decidimos hacer el conocido “plan B”, pasando el mirador del alto del Asón y llegando al aparcamiento, donde dejamos los coches y cogimos el camino que llevaba a Brenavinto.


Llegamos al Alto de la Posadía, entre Los Campanarios y Los Castros de Horneo. Allí  había una cabaña donde hace años nos hicimos una foto mis hermanas y yo, y ahora mi padre quiso volver a hacérnosla a mis hermanas y a mí. Allí había un lago que se forma por las lluvias en el que se veía la forma del arroyo Rubridillo que parecía una serpiente enorme cuando lo veíamos desde arriba.






Más tarde mi padre nos llevo por un camino precioso, hacia ”El hayedo de Montecrespo”, era estrecho, íbamos todos en fila, había piedras, se veía todo el valle. Había partes de piedras grandes, otras de grijillo, otra era un bosque con grandes rocas donde descubrimos un paso entre ellas que te llevaba a un lugar maravilloso. Llegamos a un “prao” donde paramos y buscamos un sitio para comer. Vimos una cabaña, la cabaña de Concinchao, y decidimos ir allí para comer en las escaleras. Estaba rodeada de nieve, muuuuuuucha nieve, tenía  una cuevecita. Al lado encontramos unas rocas sin nieve  y un poco de hierba seca (muy cómoda).



Después de comer subimos por un camino que llevaba a San Roque de Riomiera, el GR-74, pero que puedes ir hasta Reinosa o si te desvías en San Miguel de Agüayo por el GR-71 llegas hasta Sotres. Estuvimos subiendo un rato hasta que llegamos a un sitio muy especial; era un bosque de Hayas, que estaba debajo del “Mesón de saco”, estaba nevado por completo. La madre de nuestros amigos le encantan lo sobrenatural entonces estábamos hablando de eso y de repente oímos un “grrrrrrrrrr” que nos asustó. Luego resultaban ser dos ramas que al juntarse con el viento hacían ese ruido. Íbamos a ir a una garganta, a las Hazas del Respiradero, pero había mucha nieve y estábamos congelados. Así que dimos la vuelta y volvimos al coche por el mismo sitio, exceptuando que en vez de pasar por el lago pasamos por encima.










Y así acabo un buen día, con una ruta muy bonita, que aunque daban un 85% de probabilidades de lluvia y había nubarrones negros encima nuestro no nos llovió.


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