Después de Mendata, tocaba en jueves
Santo marchar a Durango, para correr allí. Llegamos después de comer, nos
preparamos y nos fuimos a dar una vuelta. Luego tuvimos la reunión pre-carrera
y a la salida.
Salimos neutralizados, por Durango,
un pueblo de lo más estrecho, y con badenes como bordillos.
Al salir del pueblo,
nos dieron la salida oficial. Como había meta volante en el km 3, empezaron las
hostilidades muy pronto. Luego se relajó la cosa. El circuito se aguantaba muy
bien, hasta que llegamos a Elorrio, donde había un alto no puntuable, que se subía
a 40. La primera vuelta aguanté bien. Tanto que aunque sabía que acabar todavía
era muy complicado, pero aun así me motivé, porque me encontraba bien.
Así que
llegamos a Durango, donde en una de las rampas me quedé cortado, pero volví a
enganchar. Y ya el golpe definitivo fue en el alto de Elorrio, que me quedé a
menos de 100 metros del alto y ya no pude volver a enganchar. Fui con un par de
corredores más, pero solo colaborábamos dos y entre los dos no éramos capaces
de enganchar.
Aunque pensaba que por lo menos iba
a llegar al km 60, donde se encontraba el primer puerto, mis sensaciones habían
mejorado mucho respecto a Mendata.
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