Después de la
carrera de Llanes (Asturias), tocaba viajar a territorio burgalés, cerca de la
sierra de Atapuerca, a un pueblo llamado Fresno de Rodilla. Nos pillaba lejos,
así que para llegar a tiempo tuvimos que madrugar bastante. Llegamos allí y
acababa de amanecer. Hacia muchísimo frio, por lo que nos quedamos en los
coches hasta que subió un poco la temperatura y pudimos ir a dar una vuelta.
El circuito era
rápido y seco, como suelen ser los de esa zona. Aunque tenía varios obstáculos
(tablones, escaleras…), zonas técnicas (bajadas, zigzags, badenes…) y era
divertido, no era un circuito que me gustaba para correr. Tenía muuucho polvo y
sabía que iba a hacer calor para nuestra carrera.
Vimos a los
máster y cuando los cadetes se fueron a la salida nos montamos a los rodillos.
Ahora ya teníamos el buzo, con la publicidad de la tienda de Bicicletas Meta
para correr.
Fuimos a la
salida y como apenas teníamos puntos, a la mayoría nos tocaba atrás en la
parrilla, prácticamente en última fila.
Salí mal,
aunque intenté coger una rueda buena que me llevara para delante. Pero al
llegar la curva, hubo una caída y mucha confusión y perdí la rueda. Iba colocado atrás. Íbamos muy rápido y
prácticamente a ciegas porque había sitios que no se veía nada de todo el polvo que había. La primera vuelta
fue muy, muy rápida. Íbamos todos nerviosos y éramos muchos. El calor y el
polvo eran asfixiantes. Cometí un error, que fue no llevar botellín ahora que
se puede para ir pasando el polvo que se quedaba en la boca y te fastidiaba
toda la garganta. Yo iba mal.
Aguantaba el ritmo pero nada más. Era una carrera
de velocidad y yo más técnico que rápido, así que cuando llegábamos a las
largas rectas me sacaban de punto. Se me hizo muy, muy larga, ya en las últimas
vueltas aunque recupere posiciones iba bastante cansado. Entré al sprint con
otro (y mientras el otro corredor y yo íbamos picados, pasamos a otros corredores
que iban delante.
No me gustan
las carreras tan rápidas y con polvo, prefiero el barro, mas técnico y más
lento. Se nota el parón entre temporadas todavía, me faltan kilómetros.
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