Constancia

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sábado, 12 de agosto de 2017

Carrera de cadetes de Limpias 2017

Después de la carrera de Astillero, tocaba una carrera a la cual tenía muchas ganas. Limpias. ¿Y porque? Porque vivo a unos 5 km, y es toda mi zona de entrenamiento.


Iba a ser una carrera dura, muy rompedora. El circuito era de unos pocos kilómetros, muy corto, pero con dos subidas,  una de ellas premio de montaña y era como una pared. Estaba súper animado ya que conocía el circuito y quería dar lo mejor de mí en la carrera que consideraba como la de casa.


Era un día caluroso, muy caluroso. Había que beber mucho antes de carrera y durante. Llegamos allí y después de montar en la carpa nos quedamos a la sombra.


Firmamos en el camión y nos hicimos una foto, fuimos a calentar y luego a la salida. Nada más salir estaba la subida del Cristo, que era el premio de la montaña. Subimos neutralizados, y hasta la salida de Limpias no nos dieron rienda suelta. Me coloqué rápidamente en la cabeza del grupo y resguardado del viento, hubo un par de ataques y los neutralizamos rápidamente. Me encontraba bastante bien e iba motivado. Tenía que ser mi día. Y pasamos Ampuero y la subida que daba para pasar a Limpias me destrozó. Todo empezó a ir mal. No iba.



Conseguí llegar al grupo antes de la otra subida pero aquello fue como el matadero. Me quedé con Alex y era incapaz de seguirle el ritmo. Me quedé yo solo hasta que enganchamos tres corredores juntos, con los que seguí toda la carrera. Íbamos a relevos todo el rato, dando el 100% para intentar enganchar pero no me encontraba. Y nos quitaron de carrera poco después al no poder enganchar y el grupo de escapados nos metía mucha distancia.



Al final decepcionado porque tenía mucha ilusión en esta carrera.


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