Y esto empieza
otra vez, por fin. Como el año pasado, que comenzábamos la temporada en
Valladolid, más exactamente en el Cerro de las Contiendas con la bici de Btt.
Después de un
mes de pretemporada, y algún que otro día quitando la carbonilla a la bici de
montaña para coger técnica (a veces, mas de las que me gustaría, dando lugar a
accidentes en bardales), tocaba correr en la segunda prueba de la Copa de
España siguiente a Chelva (Alicante).
Pero para
ponerle más emoción al asunto y sufrir un poco más encima de la bici, la misma
semana de la prueba, tenía el viaje de estudios a París, haciendo todos los
días un media de 14 km a pie, más el no descansar, más la mala alimentación
dieron lugar a un Nico hecho polvo pero aun así con ganas de correr.
Fui el sábado,
para ver el circuito rápidamente y no tener que ir por la noche al día
siguiente para poder llegar a tiempo (corríamos a las nueve). No es la misma
organización del año pasado (no organizaban los de Internacionales BTT) y
tampoco el mismo circuito. Aunque desde el plano parecía que solo cambiaban un
par de cosas al llegar allí se demostró lo contrario. La pista del principio se
hacía por otro sitio, se quitaban subidas y bajadas, y como resultado era un
circuito muy rápido con más bajada que subida.
Llegamos el
domingo y me preparé tranquilamente, me monté al rodillo y rompí a sudar.
Después de un rato, me bajé fui a la salida y saludando a amigos y conocidos
por el camino (y felicitando a Ignacio García de Bembibre, que era su
cumpleaños) esperamos a que nos llamaran.
Me llamaron en
la segunda fila por la cola, y un minuto después de las féminas junior el
árbitro tocó el silbato y salimos. Por culpa del calor y de que el sitio era
seco de por sí, el polvo estaba muy presente, se veía poco, y desde el
principio ya ibas masticando polvo.
Las curvas
eran peligrosas, eran de grava y polvo y resbalaban. Íbamos a tope, todos
sabíamos lo importante que era llegar a la primera bajada cuanto antes. Era una
bajada peligrosa y la carrera se iba a cortar ahí (creo que deberían haber
puesto un par de colchones en los árboles de abajo por seguridad). Llegamos a
la primera subida de verdad, dura y empinada y por el bacalao que se había
montado hubo que apearse. Íbamos en dos filas, una por la parte de arriba, y
otra por abajo. Llegamos a la bajada y se convirtió en una. Iba atrás pero
tampoco estaba para muchos trotes, así que cogí mi ritmo y pa’lante.
La primera
vuelta lo pasé mal, estaba aguantando detrás de un grupo como podía. Me tuve
que bajar varias veces, casi siempre porque todavía íbamos demasiado juntos.
Llegué a la segunda vuelta, y la cosa no mejoró, en realidad todo lo contrario,
el tramo de pista se me hizo eterno, y me hice la bajada a una rueda, la de
delante. Al llegar abajo estuve a punto de bajarme y respirar porque estaba frenético.
Pero seguí para delante. Iba bastante petado, pero estaba dispuesto a acabar.
Fui incapaz de hacer la mayoría de las subidas y en las bajadas, iba asustado.
Entonces llegó
la tercera vuelta y me relajé y gracias a eso (después de volver a petar en la
pista) cogí un poco de ritmo. Iba con más determinación en las bajadas y más
fuerza en las subidas. Al final, llegué en la 34ª plaza.
¿Conclusión?
Que tengo ganas de verdad de seguir corriendo y ya en buenas condiciones para
dar lo mejor de mí, por ello pese a no estar descansado y preparado para esta
carrera me volví a casa contento.
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